Es una pena que aún hoy haya gente que crea que fue ETA quien aquel día nos aterrorizó a todos. Lo recuerdo muy bien aquel día, estaba en la cafetería de la Facultad de Ciencias Sociales cuando todo ocurrió, estaba la sala llena de gente viendo las imágenes de los trenes reventados. Comentándolo con mis compañeros, ellos no dudaban de que era ETA, pero yo no me lo creía, y se enfadaron conmigo.
No lo veía nada claro y para colmo, el Gobierno salía al paso confirmando datos no contrastados y publicándolos a su conveniencia. El Gobierno mintió una vez más, y de ello no hay responsables que estén pagando por ello, están en la oposición negando aún lo evidente, y no sólo evidente, sino lo probado por todos los medios democráticos. Aquella mañana no se me va a olvidar jamás, tuve la corazonada de que era un asunto más allá de nuestras fronteras y no me equivoqué. Cabe destacar la movilización de la gente aquellos días, no se callaron, no dieron nada por sentado, porque también sabían que el Gobierno mentía. Eso es Espíritu Nacional, no lo que otros nos venden con banderitas, es un espíritu de unión por la democracia, la libertad, y la VERDAD.