Garganta de seda
* 07.07.2009
Vengo del corazón de las tinieblas. Una garganta de seda me ha llevado por el oscuro aparato de Génova. Ha intentado convencerme de que Bárcenas, que ha perdido 14 kilos y ha tenido que recurrir a un psiquiatra, es un peaje. Me explicó que el acoso y derribo del caso Gürtel salta desde dos frentes, el de la conspiración interna y el de los jueces y policías del PSOE. Me ha informado de que el tesorero está seguro de su inocencia. Hay un asunto del fisco, relacionado con la pinacoteca de Rosendo Naseiro, que se explicará en su momento y que el contable tiene claro con Hacienda.
«Si hay cojones, que me cesen. Estoy esperando al motorista», dijo Bárcenas al abogado Miguel Bajo, al que paga el partido, cuando lo llamó el viernes por encargo de Federico Trillo. En los últimos días, Trillo, Cospedal y Javier Arenas («Quítate del foco unos meses») le han acorralado para convencerle de que dimita. La sombra en la tarde de julio me describe al senador como un alpinista que aprendió a resistir en las riscas del Himalaya. Ahora vienen las prisas y le dicen que el partido no puede llegar a septiembre con este desgaste. A todos los dirigentes les contestó lo mismo: «No voy a dimitir ni ahora ni nunca. El único que puede decirme que me vaya es Mariano». Ayer, el presidente del PP le dijo una vez más que no ha perdido la confianza en él. «De manera transitoria», le aconsejan. «Ni de manera transitoria ni pollas. Yo no he aguantado cinco meses toda la mierda para rendirme ahora y darme por acusado. El partido no puede ir por delante de la Justicia». Me cuentan que Luis descubrió que Correa era un desquiciado y le cortó el acceso a Génova en 2003. «Dejó de hablar a Camps cuando decidió contar con Correa en Valencia».
Me informa de que a Mariano se le ha subido el partido a la chepa. «La Cospedal es una retrasada mental. No controla el partido en provincias». A Antonio Cámara, que fue secretario de Aznar, le están amenazando con sicarios colombianos. Policías con carné de periodista merodean por la casa del senador.
La política siempre estuvo en España relacionada con los dares y tomares. Como dijo el clásico, «puta sin daca es gusto sin cencerro». Robaron hasta la paja de los caballos; por eso preguntó la Reina Castiza al Duque de Sevillano, personaje de Galdós, que financió La Vicalvarada:
-¿Es verdad que te has enriquecido dando paja a los caballos del Ejército?
-Al contrario, señora. No dándosela.
En el caso Gürtel hubo paja y cebada. Crecido con las encuestas, el PP se enroca. Pero en ajedrez y en política, el jugador que lleve ventaja es el que debe atacar. El PP está amordazado.
«Luis sólo defiende su honor. De 18 cargos quedan sólo dos».
No hay comentarios:
Publicar un comentario